La exaltación
pura
del alma.
Las amapolas brotando,
aquellas que lloran desde el balcón
donde no se ve por el humo
negro y espeso,
y me pierdo.
La vacilación
infinita
de los (mis) pensamientos.
Quizás sea este momento donde deba correr a las llaves que dejan oler tu otoño. Quiero revotar y elevarme en el aire sobre un colchón de hojas rojas.
Solo las rojas quiero.
Solo las rojas me llaman, y yo las necesito.





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