Flaco

   Mucha de mi música tiene paz, pero mi alma es muy perturbada. Siempre lo fue, para qué negarlo. Si volcara la interminable oda dolorosa de mi alma me equivocaría. Creo que a eso no hay que darle importancia. Queda para momentos en donde por una cierta y determinada forma de hacerlo representa una terapia. Pero no me siento tan capacitado para escribir todo eso sin morirme. Sería escritor, ya hubiese elegido otras armas para luchar.
   Es doloroso escribir cuando uno adquiere la conciencia de esa verdad. Por eso hablábamos de La literatura y el mal. Es un libro clave para entender esto. Porque a los poetas que más influencia tienen Bataille los desnuda con el ojo de la literatura, no con un ojo hipermoral. La literatura realmente desnuda el alma, mientras que el hombre, con la locura, el crimen y la confinación hace lo contrario: cubre el alma de dolor. Creo que para Bataille esa es la diferencia entre lo malo y el mal. Y es muy importante.
   Si vos descubrís ese bien insano de escribir de una cierta y determinada manera, te apesadumbra. En ese plano es doloroso, claro, pero yo no concibo una literatura que no cuente con eso para expresarse. Sea en la novela en Castaneda, en La Ilíada o en El Quijote, hay un desgarramiento profundo del alma humana. Quizás todo aquello que no cubre la literatura es cubierto por una insania manifiesta, en la que se mezclan las actitudes mas víles de la humanidad.
   Si la gente ocupada en gobernar se hubiese dedicado a escribir versos, no le ocasionaría al mundo el mal que le causa, porque la poesia no mata, no hiere, no confina. Te puede doler al leerla y le duele a quien la escribe. Pero las palabras no son el mal. Sólo las malas acciones de ese mismo hombre son el verdadero mal.

Luis Alberto Spinetta

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