... acomodarme dentro tuyo,
y que me toques,
como si fuera una primera y última vez,
que me anheles, como si hubiera una guerra entre los reinos de tu piel y la mía,
que me hagas nadar en un mar profundo de besos, que recorran desde las uñas de mis pies hasta las arrugas de mi frente, sin olvidarte de mi cuello y mis dedos,
que el roce de tus labios en mi pecho me haga temblar mirando el cielo oscuro, desmoronando las paredes.
Poder ser dentro tuyo, más que esta simple proyección de mi propio sueño, una veracidad brillante de tus días, pero dentro tuyo, siempre.
Que te inquietes, por saber sin exactitud qué pasará en el próximo segundo, con el minutero goteando en tu cabeza, sacudiéndote.
Que ansíes por incorporarte a mi postura, por acompañarme en mi latido.
Desde este pequeño lugar, puedo comunicarte que si nos devolvemos la mirada una vez más, todo se vuelve a repetir,
desde este pequeño lugar, dentro tuyo.



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